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Shōbōgenzō Zuimonki

La historia de Nangaku Ejō y Baso Dōitsu

La historia de Nangaku Ejō y Baso Dōitsu · (Shōbōgenzō Zuimonki · Eihei Dōgen)

En cierta ocasión, alguien preguntó al Maestro Dōgen:

«Qué piensa usted de la siguiente actitud? Un día, después de haber oído a un eminente maestro budista decir: ‘El Dharma del Buda existe en nosotros mismos, no hay necesidad de buscarlo fuera’, un practicante abandonó la práctica y el estudio del Dharma que había continuado durante años y pasó toda su vida actuando espontáneamente según su naturaleza innata, sin preocuparse del bien ni del mal. ¿Qué puede decirnos usted acerca de esto?»

El Maestro Dōgen respondió:

«En esta actitud aprecio una contradicción entre la actitud mental y el comportamiento de esa persona. Si, diciendo que no hay necesidad de buscar nada fuera de uno mismo, se abandona la práctica y el estudio del Dharma, comprendo que, a través de este acto de abandonar el estudio y la práctica, se busca ya algo. No se puede decir que el abandono del estudio y de la práctica sea una no-búsqueda.

Lo único que tenéis que hacer es daros cuenta de que el estudio y la práctica del Dharma son ya, en sí mismos, el Dharma. Practicad sin buscar nada, evitando caer en los enredos mundanos y deteniendo las acciones negativas que a veces sentimos impulsos de cometer. Practicad sin temor a cansaros. Practicad incluso sin esperar ninguna recompensa a vuestra práctica. Si lo hacéis así, vuestra práctica estará de acuerdo con el principio de «no buscar nada».

Nangaku (*) se puso a pulir un ladrillo con la intención de amonestar a Baso (Mazu), el cual practicaba zazen con el fin de convertirse en Buda. Nangaku no criticó el zazen en tanto que zazen, sino el zazen en tanto que medio para llegar al estado de Buda. El hecho de sentarse, en sí mismo, es no hacer. Zazen es la verdad del Sí Mismo. En el Dharma del Buda, aparte de zazen, no hay nada más que buscar.»

(*) La historia de Nangaku Ejō y Baso Dōitsu es como sigue:

Cuando Baso Dōitsu (Mazu Daoyi) (701-788) estaba sentado solo en una ermita practicando zazen, apareció su Maestro Nangaku Ejō (Nanyue Huirang) (674-744), y le preguntó:

– ¿Qué haces así sentado en zazen?
– Trato de llegar a ser un Buda, fue la respuesta de Baso.
Nangaku tomó entonces un trozo de ladrillo basto y se puso a pulirlo con una piedra frente a la ermita de Baso. Baso le pregunto:
– Maestro, ¿qué está usted haciendo puliendo ese ladrillo?
– Quiero convertirlo en un espejo, fue la respuesta.
– ¿Cómo es posible hacer un espejo puliendo un ladrillo?, preguntó Baso.
– ¿Cómo puedes tú convertirte en Buda haciendo zazen?, le respondió el Maestro.

Créditos: Véase Libros Recomendados «Shōbōgenzō Zuimonki. Enseñanzas Zen de Eihei Dōgen. Recopiladas por su sucesor Koun Ejō».

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