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Los votos del Bodhisattva en el siglo 21

Zazen es la cultura más elevada

Lo que experimentamos en zazen ciertamente no se puede entender a menos que realmente practiquemos zazen. Sin embargo, ahora intentaré explicar la relación entre «el yo que está siempre corriendo detrás buscando la satisfacción de los deseos» y «el yo que está sentado inamovible dejando marchar tales pensamientos y deseos» comparándolos con «las nubes» y el «gran cielo sobre las nubes». Creo que esto podría ser más fácil de entender.

Normalmente, miramos las nubes desde el nivel del suelo usando nuestros ojos y pensamos que las nubes existen en lo alto del cielo. Una vez leí un libro científico sobre nubes y encontré una explicación interesante. Supongamos que dibujamos un círculo de 20 cm de radio usando un compás y tomamos este círculo como si fuese el planeta tierra. El grosor de la atmósfera solo es como el ancho de la línea dibujada por el lápiz. En la atmósfera, las nubes aparecen y desaparecen libremente, flotando aquí y allá. Las nubes son cosas diminutas comparadas con el tamaño de la tierra.

La lluvia aparece solo bajo las nubes, pero cuando llueve continuamente durante muchos días in la estación lluviosa, los seres vivos de la tierra sentimos que todo el cielo es nubes y lluvia. El grosor de la atmósfera es solo como el ancho de la línea dibujada con un lápiz. Aunque por encima de la línea el cielo es siempre azul y el sol está brillando, por desgracia somos seres diminutos que no podemos entender esta realidad.

Precisamente de la misma forma, siempre estamos cubiertos por las nubes oscuras de la tristeza y agonía, envueltos en la tormenta causada por la ira o la ambición, o perturbados por la duradera lluvia del sufrimiento y la desesperación. Desde nuestro punto de vista sobre la tierra, tenemos una ilusión y somos propensos a pensar que todo el cielo y la tierra están cubiertos por las oscuras nubes, que somos atacados por una tormenta o que estamos confinados en casa por una larga lluvia.

Sin embargo, tales «nubes y lluvia de pensamiento» solo ocurren de hecho dentro de la atmósfera tan delgada como la línea dibujada por un lápiz, o incluso más delgada. Lo que quiero decir es que esto solo está ocurriendo en nuestro pensamiento que está intentando buscar satisfacción. Al margen de tal pensamiento enfocado en la búsqueda de satisfacción, no hay problema – el cielo es azul, el sol está brillando. Por tanto, si podemos sentamos inmóviles en este gran cielo, no importa cuánta lluvia de sufrimiento y tristeza tengamos que atravesar, podemos ver que la lluvia también es buena, sin entrar en pánico y haciendo un escándalo. Podemos estar lo suficiente firmes para ver tales condiciones simplemente como un paisaje que viene y va.

Zazen es exactamente así. Si bien todos los diferentes tipos de pensamientos están yendo y viniendo como nubes flotando de un lado a otro en el cielo, nos sentamos en la postura de soltarlos todos en la estabilidad absoluta de nuestras mentes, justo como el gran cielo.

Por tanto, como resultado de la práctica de zazen, no podemos esperar que las personas pobres se convertirán en ricas, o que podamos estar libres de sufrimiento incluso en la pobreza. No importa cuanto zazen practiquemos, la pobreza es pobreza y el sufrimiento es sufrimiento. Pero al mismo tiempo no tenemos que pensar que el sufrimiento tiene una naturaleza propia fija y es totalmente y siempre sufrimiento. Somos como el gran cielo permaneciendo en una estabilidad absoluta [aunque todo tipo de cosas estén ocurriendo en nuestro zazen].

No hace falta decir que no podemos esperar que nuestra situación económica mejore o que las ciencias naturales se desarrollen practicando zazen. Sin embargo, el problema último que estamos encarando no es solo cuánto se han desarrollado las ciencias naturales, si los países están siendo bien gobernados o si la gente se convierte en rica, sino también de forma más básica, como el yo puede calmarse y estar en paz como el verdadero yo.

Si la sociedad humana fuese como granos de arroz almacenados en un recipiente, simplemente una colección de seres humanos, sería posible, simplemente gobernando habilmente en politica o inventando dispositivos adecuados por medio de la tecnología que cocinásemos el arroz (los seres humanos) hacia la «felicidad».

Sin embargo, la sociedad humana no es como un conjunto de granos de arroz en un recipiente. Todos y cada uno de nosotros (el yo) en la sociedad tiene un colmillo de deseo de satisfacción como el de un lobo. Este es el problema.

Y así, si hay una forma para mejorar la sociedad humana más esencialmente, debe ser la forma en que cada uno de nosotros como el yo puede sentarse tranquilamente como el verdadero yo.

Así que simplemente practicando zazen inmóvil y tranquilamente como el verdadero yo, estoy haciendo la mejor contribución que puedo al desarrollo de la sociedad. Sin que lo sepan los demás, mi zazen personal ya está resonando de principio a fin en toda la sociedad.

Y no obstante, si una sola persona comienza a practicar zazen inspirado por mi zazen, debemos decir que esto es ciertamente un gran acontecimiento. De hecho, desde la época del Buda Śākyamuni, la semilla de zazen ha sido transmitida de una persona a otra, una a una, y ha llegado hasta el día de hoy.

Si las semillas se siembran en la tierra durante el invierno, no hay manera de que puedan germinar. Sin embargo, si una semilla de verdadero zazen permanece en algún lugar de este mundo, cuando llegue la primavera, la semilla sin duda brotará y crecerá más y más grande.

En ese momento, el zazen de una persona influye en otras personas y provoca una reacción en cadena; su zazen se transmite a más personas y finalmente se difundirá a toda la sociedad. En estas circunstancias, por primera vez, podemos decir que los seres humanos comenzarán la primera página de una historia verdaderamente humana. He estado practicando zazen con un voto y una fe tan profundos, como una oración.

Si digo algo así en este mundo de hoy, todos vosotros podéis decir que simplemente estoy soñando. Sin embargo, aparte de esta práctica del yo asentándose en el verdadero yo, no hay manera de hacer de esta sociedad, en la cual los yoes egocentristas se reúnen como lobos, un lugar mejor.

Confiando en esto, estoy mendigando en las calles de Kyōto hasta hoy. En la supervivencia más pobre, estoy practicando un zazen que es la cultura más elevada. Estoy satisfecho con esta forma de vida, y creo que tenemos que continuar sentándonos sobre los huevos hasta que nazcan. Esta es la forma en la que los descendientes de Bodhidharma han estado practicando.

Kōshō Uchiyama Rōshi


Uchiyama Rōshi estaba practicando con unas pocas personas en un templo en ruinas, manteniéndose mendigando en la calle, pero estaba abarcando a todos los seres vivos en el ámbito de su práctica. Tenía fe en el Dharma de la interconexión en el que su propia práctica penetra y resuena por todo el mundo a través del tiempo y el espacio. A partir de la segunda mitad de los años 60, tanto en Japón como en Occidente, se produjo un fenómeno llamado el «boom Zen», y muchos japoneses y occidentales vinieron a Antaiji para practicar con él. Pero cuando escribió este ensayo, era ciertamente un monje desconocido.

Shōhaku Okumura

 

(Traducido de: véase Libros Recomendados «Boundless Vows, Endless Practice. Bodhisattva vows in the 21st Century. Okumura & otros»).

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Imagen de Eugenio Hansen, OFS en Pixabay

6 respuestas a «Zazen es la cultura más elevada»

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