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Eihei Kōroku Volumen 1

El Dharma impregna desde la superficie hasta el fondo

El Dharma impregna desde la superficie hasta el fondo

46. Discurso en la Sala del Dharma (Eihei Kōroku, Volumen 1)

He aquí una historia. El primer ancestro [Bodhidharma] requirió a sus discípulos: «El momento [de mi muerte] se acerca por fin. ¿Por qué cada uno de vosotros no habla de lo que ha alcanzado?».

Entonces su discípulo Daofu le contestó: «Mi comprensión es, sin apegarse a las palabras y sin separarse de las palabras, realizar la función de la Vía».

El ancestro dijo: «Tienes mi piel».

La monja Zongchi dijo: «Mi comprensión en este momento es como la de Ānanda al ver la tierra del Buda Akṣobhya una vez, y no volver a verla nunca más». (1)

El ancestro dijo: «Tienes mi carne».

Daoyu dijo: «Los cuatro grandes elementos son fundamentalmente vacíos. Los cinco skandhas no existen; y mi visión es que ni siquiera hay un Dharma que alcanzar».

El ancestro dijo: «Tienes mis huesos».

Por último, [Dazu] Huike hizo una postración y a continuación se quedó en su sitio.

El ancestro dijo: «Tienes mi médula».

 

El maestro Dōgen dijo: Luego la gente cree que estos son [niveles] superficiales o profundos, pero este no es el significado del ancestro. «Tienes mi piel» es como hablar de linternas y pilares de piedra. «Tienes mi carne» es como decir: «Esta mente en sí es Buda«. «Tienes mis huesos» es como hablar de las montañas, los ríos y la gran tierra. «Tienes mi médula» es como girar una flor y pestañear. (2) No hay superficial o profundo, superior o inferior. Si podéis verlo así, entonces veis al maestro ancestral [Bodhidharma], veis al segundo ancestro y podéis recibir la transmisión del manto y el cuenco.

Esta es una expresión. Además, aquí hay un verso que dice:

El poder de la rueda del Dharma de los ancestros del Buda es grande,
girando el universo entero y girando cada átomo.
Si bien el manto y el cuenco fueron transmitidos a
las manos de Huike, el Dharma es escuchado e impregna
universalmente a cada hombre y a cada mujer.


Los treinta golpes primordiales

47. Discurso en la Sala del Dharma (Eihei Kōroku, Volumen 1)

Tan pronto como escucho las dos palabras «Buda Dharma», mis oídos y ojos se manchan. Incluso antes de que vosotros crucéis el umbral de la sala de los monjes o hayáis entrado a la sala del Dharma, yo ya os he dado treinta buenos golpes. (3) Si bien esto es así, este monje de montaña [Dōgen] hoy ha ejercido plenamente sus poderes por el bien de la asamblea.

Dōgen dio un grito y descendió de su asiento.

(Traducido de: véase Libros Recomendados «Eihei Kōroku. Dōgen’s Extensive Record. Leighton & Okumura»). (4)

El Dharma impregna desde la superficie hasta el fondo · Eihei Kōroku
«Huike (慧可) pensando»

Pintado por Shi Ke (石恪) (alrededor del siglo X)

Museo Nacional de Tokio · Dominio público

– Notas –

(1)

Ānanda era el primo del Buda Śākyamuni, su asistente y discípulo íntimo, que recitó todos los sutras de memoria tras la muerte de Buda. El Buda Akṣobhya es el Buda cósmico del Este. No conocemos ninguna referencia canónica al atisbo de Ānanda de esta tierra pura del Buda o ámbito del Buda, pero normalmente se refiere a vislumbrar la realidad suprema de los Budas.

(2)

Todas estas frases, desde «linternas y pilares de piedra» hasta «girar una flor y pestañear» son expresiones de la verdad suprema. Dōgen también comenta esta historia en el ensayo Shōbōgenzō Kattō (Matas gemelas); véase: [Moon in a Dewdrop, Tanahashi, págs. 168–174].

(3)

«Dar treinta golpes» es un dicho Zen común para expresar la realidad más allá del hablar o el no hablar. Aunque se puede referir a episodios de maestros que golpean a sus estudiantes para despertarlos, como expresión común no implicaba literalmente golpear físicamente.

(4)

Nota adicional (N. del T.)

Está disponible, para facilitar su lectura, el archivo PDF con los Discursos en la Sala del Dharma del Eihei Kōroku traducidos en este sitio web hasta ahora. Este archivo se puede descargar en la sección de «Recursos Zen · Textos Zen», haciendo clic en este enlace.

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