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Extrayendo flechas venenosas en una vigorosa sentada
432. Discurso en la Sala del Dharma (Eihei Kōroku, Volumen 6)
El estilo del linaje de todos los budas y ancestros es comprometerse con la Vía en zazen. Mi difunto maestro Tiantong [Rujing] dijo: «Sentarse con las piernas cruzadas es el Dharma de los antiguos budas. Practicar meditación (sanzen) es abandonar cuerpo y mente. Ofrecer incienso, hacer postraciones, recitar el nembutsu, el arrepentimiento y la lectura de sutras no son esenciales; con solo sentarse se logra finalmente. En zazen, lo primero de todo es no quedarse dormido. Aunque sea por un momento, un vigor valiente debe ser primordial.
Nuestro maestro ancestral dijo: «Un joven ermitaño del bosque practicaba zazen solo en un bosque, y se convirtió en distraído y perezoso. (1) En el bosque había un espíritu divino que era discípulo del Buda. Entró en los huesos de un cadáver y apareció cantando y bailando. Entonces recitó un verso, diciendo: ‘Joven bhikṣu del bosque, ¿por qué te has convertido en distraído y perezoso? Si no temes que aparezca de día, por la noche vendré otra vez’.
«El monje se sobresaltó y asustó, y se levantó de la sentada. Reflexionó y consideró esto, pero durante la noche, de nuevo se quedó dormido. Este espíritu apareció de nuevo, y desde las bocas de sus diez cabezas irrumpían llamas. Sus colmillos y garras eran como espadas, sus ojos rojos como llamas. Refulgió y dijo mientras agarraba al monje: ‘Bhikṣu distraído y perezoso, en este lugar no debes ser vago y descuidado. ¿Por qué eres así?’.
«En este momento el bhikṣu tuvo un enorme terror y se levantó para plantearse esto, y con mente única contempló la enseñanza y alcanzó el camino de los arhats. Esto se llama la diligencia de la propia fuerza. Con el poder de la no-indulgencia pudo alcanzar el fruto del camino».
¡Esto es tan cierto! Cuando hay motivación, podemos ser diligentes y comprometernos con la Vía en zazen, y las causas y condiciones de la gran Vía maduran y se completan.
Es más, cuando el Honrado por el Mundo estaba en el mundo, había un bhikṣu que consideraba y contemplaba las catorce difíciles [preguntas que el Buda rechazó considerar], pero no podía penetrarlas. (2) Su mente no podía soportar esto, entonces, llevando su manto y su cuenco, fue ante el Buda y le preguntó: «Buda, si puedes resolverme estas catorce difíciles cuestiones, y permitir que mi mente las entienda, me convertiré en tu discípulo. Si no puedes resolverlas, buscaré más en otros caminos».
Buda dijo: «Tonto, ¿en un principio me dijiste que tomarías los votos de convertirte en mi discípulo solo si respondía a estas catorce difíciles preguntas?».
El monje dijo: «No».
El Buda dijo: «Eres un tonto. ¿Por qué ahora dices que si no respondo no te convertirás en mi discípulo? Yo expongo el Dharma por el bien de rescatar a la gente de la vejez, la enfermedad y la muerte, pero estas catorce preguntas difíciles son simplemente asuntos de argumentos discutibles. No son beneficiosas para el Dharma, sino charla ociosa. ¿De qué sirve tu pregunta? Aunque te responda, tu mente no lo entenderá. Hasta tu muerte no se resolverán, y serás incapaz de liberarte del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte.
«Por ejemplo, es como una persona a la que le lanzaron una flecha envenenada. Su familia y sus parientes llamaron a un doctor para extraer la flecha y aplicar medicina. Pero la persona le dijo [al doctor]: ‘No extraiga aún la flecha. Primero debo saber su apellido, su ciudad, sus padres y su edad. Luego quiero saber de dónde es esta flecha, quién hizo la punta de la flecha y con qué clases de madera, plumas y con qué hierro se hizo. También quiero saber de qué bosque de la montaña o cuerno se hizo el arco. También quiero saber de dónde procede esta medicina y cómo se llama. Después de haber entendido por completo todas estas cosas, entonces le permitiré extraer la flecha y aplicar la medicina'».
El Buda le preguntó a este bhikṣu: «¿Es posible que esta persona sepa todas estas cosas y luego ponerse a extraer la flecha o no?».
El bhikṣu dijo: «No es posible que las sepa. Si espera hasta saber todas estas cosas, morirá».
El Buda dijo: «También tú eres así, debido a que las flechas de la visión malvada, envenenadas con apego, han entrado ya en tu mente. Como querías extraer la flecha, te convertiste en mi discípulo. Y sin embargo, no quieres extraer la flecha, sino que solo quieres buscar cosas como que si el mundo es permanente o impermanente, o si es limitado o ilimitado. Antes de que puedas lograr lo que buscas, perderás tu vida de sabiduría, morirás como un animal y te arrojarás en la negra oscuridad».
El bhikṣu estaba avergonzado, apreció profundamente las palabras del Buda e inmediatamente alcanzó el camino de los arhats.
En la actualidad estamos muy alejados de la época de los sabios y deberíamos lamentarnos de pena. Esto se debe a que, unos dos mil años tras el parinirvāṇa del Tathāgata, las flechas de la gente no han sido extraídas y ninguno de los discípulos de Buda se ha convertido en espíritus de los bosques para alentar a mis amigos. ¿Qué debemos hacer al respecto? Si bien esto es así, no deberíamos pasar nuestros días y noches en vano. Deberíamos comprometernos con la Vía en zazen como si apagásemos llamas en nuestras cabezas. Los Budas y ancestros, de generación en generación, transmiten cara a cara la primacía de zazen. Debido a esto, el Honrado por el Mundo se comprometió con la Vía sentándose erguido durante seis años.
Primero hizo zazen, día tras día, noche tras noche, y después expuso el Dharma. El ancestro fundador del Monte Song [Bodhidharma] se sentó de cara a la pared durante nueve años, y ahora sus descendientes se han propagado por todo el mundo. De esta forma la gran Vía de los ancestros del buda ha sido transmitida a esta montaña para fortuna y alegría de la gente de nuestro tiempo. ¿No deberíamos practicarlo?
Zazen es abandonar cuerpo y mente. No son las cuatro absorciones sin forma, ni los cuatro dhyāna. (3) Ni siquiera los antiguos sabios lo comprendieron, entonces ¿cómo podría valorarlo la gente corriente? Supongamos que alguien me preguntase: «¿Qué quiere decir Eihei al decir esto?» Simplemente le diría: Durante el verano, la flor de loto se abre hacia el sol. (4) Supongamos que dice: «Esto es lo que podemos alcanzar mediante el estudio en las plataformas de sentarse. ¿Qué es lo que va más allá de los budas y ancestros?».
Después de una pausa, Dōgen dijo: La nariz está alineada con el ombligo, las orejas alineadas con los hombros.
(Traducido de: véase Libros Recomendados «Eihei Kōroku. Dōgen’s Extensive Record. Leighton & Okumura»). (5)

– Notas –
(1)
Este maestro ancetral es Nāgārjuna, y esta historia procede de su Comentario al capítulo 15 del Mahāprajñāpāramitā Sūtra (Dazhidulun en chino).
(2)
Esta historia también procede del capítulo 15 del Dazhidulun de Nāgārjuna, antes de la historia anterior. También aparece en el sutta Pali en el Majjhima Nikāya sobre el monje Māluṅkyāputta, la «persona tonta» de esta historia. Véase: [The Middle Length Discourses of the Buddha: A Translation of the Majjhima Nikāya, Bhikkhu Ñāṇamoli y Bhikkhu Bodhi, trad., rev. ed. (Boston: Wisdom Publications, 2001), págs. 533–537] y [«On What It Is Important to Know,» en Buddhism in Translation, Henry C. Warren, trad., (Cambridge: Harvard University Press, 1922, publicado originalmente en 1896), págs. 117–122]. Las catorce preguntas que el Buda rechazó responder son teóricas y no están dirigidas a acabar con el sufrimiento.
(3)
Los cuatro dhyāna son estados de meditación o trance que fueron practicados antes de la época de Buda y también por Śākyamuni. En estas prácticas se alcanzan elevados estados de desapego, pero siguen siendo parte del reino condicionado y no la liberación en el sentido budista. El carácter para dhyāna es el mismo que fue adoptado para «Chan», o «Zen» en japonés, pero aquí se refiere a los estados dhyānicos originales más que a la meditación en general.
(4)
«Durante el verano» podría querer decir durante el período de práctica de verano. Este discurso en la sala del Dharma fue ofrecido en algún momento cercano al comienzo del ango (período de práctica de verano) de 1251.
(5)
Nota adicional (N. del T.)
Está disponible, para facilitar su lectura, el archivo PDF con los Discursos en la Sala del Dharma del Eihei Kōroku traducidos en este sitio web hasta ahora. Este archivo se puede descargar en la sección de «Recursos Zen · Textos Zen», haciendo clic en este enlace.
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